En los diferentes municipios de la entidad a los que me ha tocado viajar, he visto con mayor frecuencia mujeres de 40 años, aproximadamente, prostituyéndose. Tanto en las salidas de las carreteras federales, así como en autopistas de cuota la profesión más antigua del mundo sale a las orillas de la zona urbana.
Cuántas historias similares serán para esas mujeres que abandonan o se ven obligadas a dejar un matrimonio o su pareja porque éste se llena de celos, golpeadores, drogadictos y hasta alcohólicos es lo que tienen en sus casas prefiriendo huir de sus hogares y a la falta de preparación, es decir, estudios, sin referencia alguna laboral no encuentran oportunidad de trabajo se aventuran al oficio más antiguo del mundo.
Existen una gran cantidad de la población femenina que se vieron obligadas a interrumpir sus estudios de primaria para incorporarse a la vida laboral como meseras o cualquier otro oficio para poder llevar un ingreso más al hogar.
Otras más abandonan sus estudios a temprana edad porque quedan embarazadas, pero no siempre se les asegura éxito en el matrimonio y cansadas de la situación prefieren romper con la relación y al intentar nuevamente a incorporarse a trabajar, muchas de las veces, ya es muy tarde para estar esperando una oportunidad cuando se tiene la mano en el estómago y no falta quién recomiende la prostitución como salida rápida.
La prostitución con los traileros como principal cliente les deja de 200 a 500 peos dependiendo de lo que pida el cliente. Como existen días buenos, también hay malos donde ni siquiera sacan ni para un kilo de tortillas. Pero ante los requisitos que pide cualquier fabrica para trabajar de obrera como es terminada la preparatoria, no les queda otra opción más que continuar aguantando a los conductores de tráileres.
Son muchas las que se quejan entre ellas en donde traileros mañosos les ofrecen drogas y las obligan a hacer cosas que les dan asco, pero lo único que hacen para soportar todo es pensar en tener que llevar algo para comer para sus hijos.
La prostitución en carreteras los hay desde cualquier edad, jovencitas dizque de 18 años hasta rebasando los 40 años, para todas no hay distinción alguna para los camioneros ya que muchas de las veces o casi la mayoría de estos choferes andan bien drogados o como dicen ellas “andan bien locos”, y aprovechándose que están fuera de la legalidad alguna y sin autoridad a donde ir se aprovechan de ellas prometiéndoles hasta mil pesos para hacerles todo el servicio completo y cuando terminan son pateadas literalmente argumentando que no tienen el dinero.
Las mujeres que ofrecen sus servicios sexuales en las carreteras siempre están expuestas al peligro, a que las ataquen físicamente y hasta que las maten, porque siempre hay personas malas o mal nacidas.
En los últimos años se ha incrementado el número de mujeres que se dedican a ofrecer sus servicios sexuales en puntos ubicados sobre las carreteras federales.
Y aunque no es algo nuevo, la prostitución clandestina en las carreteras no deja de ser un problema social de hace muchos, pero muchos años, y que cada vez va en aumento sobre todo en la carretera 41 entre los límites de Nuevo León y Coahuila.
También se pueden observar chicas ofreciendo sus servicios en puntos de la carretera a Torreón y en la carretera 57 en los rumbos de “Los Chorros”, son mujeres de Saltillo, Monterrey y Torreón, preferentemente.
Existen registros, solo por mencionar en Saltillo en donde hay más de 3 mil mujeres ejerciendo la prostitución clandestina, pero esas chicas de las carreteras, por decirles de algún modo, no son sujetas a revisiones sanitarias. Quienes tienen registro de eso, son aquellas instituciones u organizaciones relacionadas con el tema del SIDA.
Eso significa que ronda el fantasma del SIDA y de otras enfermedades y nadie, absolutamente hace algo por tratar de apoyar a esas mujeres para que prevengan las enfermedades contagiosas.
A las autoridades no les importa que esas mujeres sean portadoras del SIDA, ya que ni siquiera les dan preservativos y mucho menos pláticas para que aprendan a cuidarse.
Y no dejan de ser mujeres que se exponen al peligro de ser ultrajadas, agredidas físicamente y hasta asesinadas entre tanto hombre peligroso que ronda a diario las carreteras del país y de la región.
No solo en Coahuila, sino que en todas las carreteras del país se pueden observar a esas mujeres que se dedican a la prostitución clandestina o sobre ruedas, pues solo basta con platicar con cualquier chofer de un tráiler para que dé cuenta de las anécdotas de sus mismos compañeros o de sus propias vivencias.
Nadie tiene compasión de ellas porque seguramente tampoco es fácil deambular por las carreteras para sacar el sustento de sus hijos y con ello estar expuestas a todo tipo de riesgo y peligro.